Empresariado jóven


Los índices de crecimiento económico han tenido un incremento sostenido a partir del años 2003 sin que ello se refleje en una mayor equidad en la distribución del ingreso en la población.

Los jóvenes representan una franja etaria que no ha sido beneficiada proporcionalmente con el crecimiento. En ese sentido debemos pensar en nuevas posibilidades tanto en lo referido a la capacitación como en la búsqueda de posibilidades para la realización de emprendimientos que faciliten la salida laboral.
Por otra parte hoy resulta muy difícil satisfacer la demanda laboral técnica.

La década de los años 90 no sólo desindustrializó nuestra ciudad sino que impidió que muchos jóvenes pudieran insertarse en el ámbito laboral y aprendieran un oficio.

Hoy esa demanda en la Ciudad está insatisfecha, es necesario encontrar ámbitos de capacitación teóricos y prácticos que permitan recuperar en los barrios los pequeños emprendimientos vinculados a la industria de la construcción, mueblería, servicios técnicos y domésticos etc.

Tampoco las nuevas generaciones tienen experiencia para alcanzar posiciones laborales cuando se trata de tareas como lo son el desarrollo de software y la promoción de las actividades artísticas en general.

Es necesario para ello comprometer a las empresas radicadas en nuestra ciudad para que colaboren en el desarrollo de esta capacitación a los jóvenes a través de la divulgación de la experiencia adquirida mediante su actividad de base.

Ya en nuestro país hay experiencias de empresas que han promovido actividades que contribuyen a favorecer la incorporación de los jóvenes al mundo del trabajo propio, reduciendo los obstáculos y potenciando su formación, iniciativas de autoempleo e
incorporando en los jóvenes el conocimiento sobre las competencias empresarias.

Por medio de esta iniciativa las unidades productivas podrán promover la actividad creadora y la capacitación de los jóvenes. Los mismos participantes reconocen que el fomento de los emprendimientos jóvenes, permitió despertar las vocaciones empresarias en los estudiantes y favorecer la relación escuela-empresa de una manera innovadora y creativa.

La capacitación no es tarea fácil, es necesario promover acciones que impliquen beneficios económicos para quienes pongan en marcha la capacitación desde el desarrollo de las actividades y apadrinen a nuestro jóvenes. Debemos apostar en este camino a la responsabilidad y esfuerzo del sector privado.

PROPUESTAS

• Crear incentivos para las empresas que otorguen becas para capacitación de jóvenes en los lugares de trabajo.

• Armar de una red de capacitación con aportes públicos y privados sobre todo apuntando al desarrollo productivo, su comercialización y la organización empresaria

• Debemos desarrollar la ley de empresariado joven de la Ciudad de Buenos Aires que permita otorgar beneficios impositivos y financieros a los Jóvenes y a las empresas que los apadrinen en actividades tales como: Producción y comercialización de bienes o servicios en el mercado externo; Nichos sectoriales de alto valor agregado; Promoción de la asociatividad y la creación de redes de producción y generación de proyectos con alto potencial de replicabilidad.

 
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